A lo largo de los años, la burocratización se ha convertido en uno de los aspectos más controvertidos del desarrollo de las actividades económicas en Portugal. Incluso mereció críticas de la Unión Europea, ya que esta burocratización perjudica la competitividad del país y el atractivo de la inversión nacional y extranjera.
Comprar, construir y vender una propiedad en Portugal era, entonces, un verdadero laberinto burocrático, lleno de interminables solicitudes de documentos y trámites ininteligibles.
Así, Portugal, en la incesante búsqueda de inversiones, incluyó en el famoso Plan de Recuperación y Resiliencia y en el controvertido Programa "Más Vivienda", el Urban Simplex, simplificando los trámites en materia de urbanismo y ordenación del territorio y aumentando la fluidez del mercado inmobiliario interno y externo.
Pero en la práctica, ¿qué cambia?
Con la entrada en vigor escalonada de la nueva ley (Decreto-ley n.º 10/2024, de 8 de enero), desde el 1 de enero de 2024 se han simplificado los trámites relacionados con la compraventa de inmuebles, entre otros, al eliminar la necesidad de demostrar o acreditar la existencia de un expediente técnico y autorización de vivienda o la necesidad de demostrar que es inaplicable.
Es decir, cuando vendas un inmueble, no necesitarás demostrar que la ficha técnica y la autorización de uso existen ni presentarlas, bastará, como norma general, con presentar el certificado catastral, el catastro y el certificado energético. Estos documentos se pueden obtener sin necesidad de acudir a los servicios públicos y así ahorrar tiempo y dinero.
Además de esta modificación, el legislador también eliminó algunas barreras burocráticas en la construcción de bienes inmuebles, a saber: i) la necesidad de obtener permisos urbanísticos o de realizar comunicaciones previas, identificando nuevos casos de exención o exención del control previo por parte de los municipios; ii) la necesidad de obtener algunas licencias, lo que crea nuevos casos en los que solo se requiere notificación previa; iii) el permiso de construcción, que ha sido sustituido por el recibo de pago de las tasas adeudadas; iv) la autorización de uso cuando la obra haya sido objeto de una inspección previa, sustituyendo dicha autorización por la mera entrega de documentos relativos al proyecto; y v) adoptó el régimen de aprobación tácita de los permisos de construcción.
En definitiva, los actos relativos a los bienes inmuebles se han reducido de la burocracia y se han vuelto más transparentes y accesibles. Ahora, efectivamente, es más fácil fluir en el mercado inmobiliario en Portugal. Queda por ver si, en última instancia, esto se traducirá en viviendas más asequibles para los residentes en Portugal o en un aumento de la adquisición de inmuebles por parte de fondos extranjeros para la especulación inmobiliaria. Esperemos, la procesión sigue en marcha en el cementerio.
Telma Vieira Barbosa
Bufete de Abogados Dower
Fuente: Diário Imobiliáro